Soy Beatrice, mi vocación en este mundo es ayudar a la gente. Quizás hayas leído sobre mí en los periódicos, pero no necesito ese tipo de fama. Puedo sanar cuerpos y almas, esa es mi vocación, mi camino terrenal. Ayudo a todos, no hay buenos ni malos para mí, todos mis clientes son seres humanos, lo que significa que tienen derecho a cometer errores además de ser felices.
Nací en una familia normal, crecí como un niño obediente. Pero solía tener ataques de dolor. Tenía dolores de cabeza, dolores de cabeza y dolores en brazos y piernas. Tenía unos 7 años cuando me di cuenta de lo que me estaba pasando. Podía sentir el dolor de otras personas, físico y mental. Cuanto mayor me hacía, más fuerte se volvía mi don. A los 10 años ya tenía miedo de salir a la calle, ni siquiera podía ir a visitar a mi hermana mayor que había perdido a su marido en un accidente automovilístico, porque mi corazón estallaba de dolor junto con el de ella.
Un día, mientras estaba sentado en el patio, sentí que una energía me llenaba, imágenes extrañas y sombras comenzaron a aparecer en mi mente. Cuando me di vuelta, vi cerca de nuestra puerta a una bruja que vivía al borde del bosque. Muchos en nuestro pueblo la temían, pero aun así acudían a ella en secreto y ella ayudaba a todos, incluso a aquellos que decían cosas desagradables sobre ella a sus espaldas.